viernes, 18 de marzo de 2011

El supuesto rechazo de los “escuálidos” a la FAN

Yo no veo el “irreality” show dominguero de Mentira Fresca por dos razones. Primero —y aunque dicen que a los jubilados nos sobra tiempo— yo no puedo perder el poco que estadísticamente me queda de vida viendo cómo un ególatra malgasta horas y horas para caerle a mentiras descaradas a una nación. Y segundo, yo sufro cuando veo a alguien haciendo el ridículo; que es lo que hacen quienes, ataviados de rojo, le ríen los chistes malos y aplauden cuanta babiecada salga de los abultados belfos sabanetenses. Por eso, prefiero esperar hasta el día siguiente y en cinco minutos de prensa puedo enterarme de las cobas metidas malgastando dineros oficiales que estarían mejor empleados en cualquier otra cosa. Así, ayer pude enterarme que Elke Tekonté “acusó el domingo a sus opositores de intentar dividir a las fuerzas armadas como parte de un plan que buscaría impulsar un alzamiento en Venezuela”.

Con  calculada astucia, los cubanos del G-2 que desde la “Sala Situacional” le sugieren qué es lo que debe decir han inventado un tema más para confundir a las mentes más sencillas: que existe una campaña de la oposición para desprestigiar a la institución armada. Para mí, eso no pasa de ser lo que los psicólogos denominan una "proyección". Se culpa, se “proyecta”, sobre el adversario lo que ha sido el resultado de las acciones programadas del régimen en su búsqueda de la transformación de la FAN en un ejército del partido de gobierno, politizando a esta y colocándola al servicio de intereses personales en contravención de la Constitución vigente.

Quien en verdad, desde el mismo comienzo del régimen, ha tratado de dividir a la FA es Boves II. Como nosotros somos un pueblo de mala memoria, no estaría de más recordar que el primer documento oficial que se filtró a la opinión pública, al apenas comenzar el desgobierno actual, fue un informe de la DIM que explicaba que dentro de la oficialidad había tres diferentes clases de personas: los que veían con buenos ojos al advenimiento de un nuevo régimen, los que se oponían a eso, y los que conformaban la mayoría. A los cuales la misma DIM llamaba “institucionalistas”; sólo que empleaba esta palabra como si esa condición fuese algo indeseable. El informe concluía recomendando al presidente que les diese los mandos a los “revolucionarios”; que a los contrarios les diese de baja o los dejase sin cargo; y que se hiciese esfuerzos para ganarse a los “institucionalistas”. Que no de ser posible eso, se les designara, cuando mucho, a escritoritos tristes o se les forzara a abandonar la Institución.

Posteriormente, los altos mandos dijeron que ese informe era “apócrifo” porque a la copia filtrada no se le veía firma alguna. Pero por lo menos se abstuvieron de decir que era falso. Las acciones subsiguientes dejaron ver que era verdad lo del informe, porque se  empezó a dar cumplimiento a sus recomendaciones. De ahí en adelante, los oficiales institucionalistas han sido hostigados Lo que ha causado el incremento de solicitudes de baja de oficiales en los cuatro componentes. Sólo con recordar la lamentable intervención del general Rangel Briceño —aquel al que le dio el patatús cuando lo rezó un pastor evangélico— cuando llamó “burros y cobardes” a los oficiales institucionalistas que hacían resistencia a los intentos de politización de la institución armada, se puede constatar lo cierto de lo que denuncio. La deformación mental de los altos mandos es tal que se ha llegado a la avilantez de, descaradamente, poner a los subalternos a escoger entre aceptar el socialismo que quiere imponer a juro el régimen o pedir sus retiros.

El intento de instilar en el colectivo un supuesto rechazo de los “escuálidos” a la existencia de la FAN viene desde hace tiempo, pero fue sólo anteayer que salió de la primera bemba de la república. Según este plan, esta elucubración cubana, se le ha hecho ver a sectores de la población —y lo que es más grave, a miembros de la FAN— que, en el caso de que la alternativa democrática sea la vencedora en los comicios del 2012, esta estaría en la idea de eliminar la FAN o, en todo caso, de reducirla a niveles mínimos. Esta táctica quedo develada durante la intervención del MinPoPoDefensa ante la Asamblea Nacional. Allí, después de regodearse en atribuir un supuesto desprecio de la oposición venezolana hacia la FAN, a este individuo no se le ocurrió una mejor idea que la de expresar: “Por suerte, en este momento los miembros de nuestra Fuerza Armada están viendo en la televisión como los diputados de oposición nos odian y quieren destruirnos”.

Si eso no es otro intento de dividir, no a la Fuerza Armada, sino  a los venezolanos, no sé qué es…