Ese venezolano excepcional y hasta admirable que es Gustavo Coronel me acaba de echar un vainón. Claro que sin intención, porque Gustavo es incapaz de hacer voluntariamente algo indebido. Es más, creo sinceramente que nunca en su ya dilatada existencia haya incurrido en una contravención de manera premeditada. Pero de que me echó una vaina, ¡me la echó! Resulta que ya desde el viernes tenía la idea de escribir el artículo de esta semana glosando el famoso discurso que Martin Luther King pronunció en Washington desde las escaleras del monumento a Lincoln en el verano de 1963. En esa pieza, reputada posteriormente como uno de los veinte mejores discursos del siglo XX, el doctor King dibuja la nación que él quisiera para todos sus conciudadanos. En él, usa como anáfora la frase: “I have a dream” (Yo tengo un sueño). Ese ritornello —lo repite ocho veces durante la exposición — lo pensaba usar yo para dibujar la Venezuela que me gustaría ver luego de haber salido del régimen nefasto que sufrimos hoy. ¡Y llega Gustavo y me colea la parada! Dos días antes de ahora, cuando me siento frente al monitor, Gustavo, en su magnífica prosa, parafrasea al líder del movimiento por los derechos de los negros americanos. Y me deja sin tema. ¡Dos piches días!
Hago una digresión antes de seguir. Previniendo que Aristóbulo o alguno otro de los fanáticos rojos la vaya a coger conmigo por mi empleo de la palabra “negro”, dejo claro que esa palabra —hoy impolíticamente correcta en el imperio gringo y en esta tierra que fue de gracia—, para los tiempos del discurso era aceptable. El mismo doctor King la emplea en ese discurso: "…this sweltering summer of the Negro's legitimate discontent will not pass until there is an invigorating autumn..." (este sofocante verano de legítimo descontento de los negros no cesará hasta que haya un vigorizante otoño).
Gustavo dijo, antes que yo, las cosas que tenía yo en la mente. Y las dijo de manera excelente. Por eso, no tengo empacho en transcribir lo que ya apareció en su blog “Las armas de Coronel”, http://lasarmasdecoronel.blogspot.com, el cual recomiendo ampliamente.
“M. L. K. nos legó la capacidad de soñar y de concretar nuestros sueños. Si él hubiese sido un Venezolano viviendo en la Venezuela de 2011, nos diría algo así, desde la Plaza Bolívar de Caracas:
A la sombra de esta estatua del padre de la patria recuerdo que hace casi doscientos años este gran Venezolano nos dio la independencia, el inicio de nuestra vida republicana y la promesa de una vida mejor.
Pero todavía buscamos nuestro rumbo. Muchos compatriotas aún viven en islas de pobreza, ignorancia y resentimientos.
Venezuela no ha podido concretar las esperanzas de sus gentes. Permanecemos divididos cuando ya deberíamos saber que solo unidos podemos progresar.
En la consecución de nuestros sueños y de nuestras aspiraciones no debe haber cabida para la corrupción o para el odio. Nuestro camino es el de la dignidad el orden, el de oponernos a la fuerza bruta con la fuerza del espíritu. Este es un viaje sin retroceso. Es preciso insurgir sin miedo contra el hambre, la ignorancia y el odio. Abandonemos para siempre el valle de la desesperanza.
A pesar de todas las dificultades que enfrentamos, yo tengo un sueño hoy, el cual está fuertemente enraizado en el sueño de nuestros libertadores.
Yo tengo el sueño que mi nación se liberará de la pobreza, de la ignorancia y del odio entre hermanos
Yo tengo un sueño hoy... que algún día todos tendremos trabajo digno y no dependeremos de dádivas y limosnas humillantes
Tengo el sueño que todos los venezolanos nos convertiremos en ciudadanos, no en pasivos seguidores de falsos profetas
Yo tengo el sueño que nuestros líderes serán honestos y democráticos y que nos mostrarán nuestro verdadero camino, sin tratar de imponernos sus caminos
Tengo el sueño que todos seremos ciudadanos de primera clase, sin discriminación por razones políticas, económicas o raciales
Yo tengo el sueño hoy que todos los sectores económicos, los estatales y los privados, trabajarán armoniosamente para darle riqueza y prosperidad a la sociedad venezolana
Si.... yo tengo el sueño que pronto todos los venezolanos podremos caminar, tomados de la mano, hacia el futuro luminoso que visualizaron nuestros libertadores... tengo ese sueño hoy”.
Después de esta declamación, ¿qué puedo añadir yo para mejorarla? Nada. Puedo, eso sí, rematar con algo que dijo ese día el doctor King y que, traducido, debería ser el lema do todo venezolano decente: “We are not satisfied, and we will not be satisfied until justice rolls down like waters and righteousness like a mighty stream”. En verdad, nosotros “no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que la justicia descienda como las aguas y la moralidad como un poderoso torrente”…