Hace algunos meses explicaba que los mejores gobiernos son los que resultan aburridos. Que no generan noticias escandalosas. Porque eso implica que todo marcha bien. A uno le gustaría que la noticia de primera plana fuese esa que se originó en Nueva Zelanda de que un pingüino antártico “peló” la ruta, arribó a una playa de ese país, tuvo que ser operado por “uno de los principales cirujanos neozelandeses para pacientes humanos” por haber ingerido arena y que el ave se recupera bien. Muy por el contrario, las noticias que aparecen en los cabeceros de los diarios de esta tierra que fue de gloria deben ser catalogadas de la manera que pongo en el título. Porque son de esa clase que le pone los pelos de punta a los afortunados que todavía los tienen.
Y no me refiero a una que salió el pasado jueves informando que los bancos localizados en los centros comerciales iban a “aperturar” durante este feriado largo que pasó. Ya era bastante chocante que a uno le “aperturaran” una cuenta cuando uno lo que quería era “abrirla”, para que ahora también “aperturen” las puertas, para ponerlo en pleonasmo. Me refiero a las que despelucan, para ponerlo en criollo.
Pongo por primer ejemplo eso de que el Primer Hermano” (y, según dice radio-bemba, aspirante a heredero del trono) declaró que: "conscientes de los peligros que nos acechan y que el enemigo no descansa, no podemos olvidar como auténticos revolucionarios, otros métodos de lucha". Después, amplificó la afirmación mediante una cita de uno de los iconos de la robolución, el Che Guevara (el único médico, junto con Mengele, que mató más pacientes que los que curó), expresando que "sería imperdonable limitarse tan solo a lo electoral y no ver los otros métodos de lucha, incluso la lucha armada para obtener el poder, que es el instrumento indispensable para aplicar y desarrollar el programa revolucionario.” Eso ya es un descaro que confirma que de democráticos no tienen nada. Sabedores de que ya hasta las personas más sencillas —esas que creyeron el poco de cobas con las que los alimentaron todos estos años— ya exigen un cambio de gobierno, asoman el “Plan B”. Que nunca fue tal, siempre, desde el intento de 1992, fue el “Plan A”, por no decir “el plan único”. Máxime ahora, cuando ya no los impulsa el afán de mejorar el manejo de la cosa pública sino la rapiña más descarada. Si el primogénito de la dinastía sabanetense lo que trata es de mantener las riquezas mal habidas por él y su familia, cuando declaraciones parecidas fueron dadas por un camarada plurisoleado que amenazaba con el empleo de la Fuerza Armada si Absceso Uno perdía las elecciones, este lo que estaba haciendo era tratar de sacudirse las acusaciones de nacionales y extranjeros de que era uno de los del “Cartel de los Soles” y por eso pudiera ser juzgado al cesar en la manguangua de la cual disfruta.
Juzgado fuera de Venezuela, claro. Porque, siendo general y pesado en el gobierno, nunca aparecerá ante el Tribunal de la Suprema Injusticia. Y es que, además de ser copartidario de la mayoría de los magistrados de este, esos fulanos están muy ocupados, según otro titular escandaloso de estos días, decretándose bonos de alimentación (cesta-tique, que llaman) en clara violación de la ley que rige los emolumentos de los altos funcionarios. Cómo será la cosa de sucia, que seis magistrados (entre los cuales espero que haya algunos rojos-rojitos) rehusaron ser parte de esa movida para afanar indebidamente más dineros de los que ya disfrutan.
Otro titular señala que el chofer de autobús que “maneja” las relaciones exteriores de este sufrido país —y que, a su vez, es manejado desde Cuba— informó que Boves II está dando la batalla por su vida. Más ganas de alarmar que otra cosa. ¡Vamos, que de un forúnculo en el trasero no se ha muerto nadie! Que “el futuro inmediato de nuestra patria" dependa del nalgatorio de un funcionario, así sea el Primer Ano de la República, es como exagerado. A menos que —y en esto coincido una vez más con el doctor Aure— en verdad la cosa sea seria. Porque "una batalla por la vida” se libra cuando la cosa implica una enfermedad terminal. Que no creo sea el caso y que, más bien, todo es un bulo, una añagaza más de los laboratorios de propaganda sucia del G-2. Porque, si a una persona operada de corazón abierto la levantan de la cama y la ponen a caminar a las 24 horas de la cirugía, y a los cuatro días la están mandando, para su casa, ¿cómo es que Mentira Fresca —a quien le gusta más un micrófono que una mujer desnuda— no ha salido a decir algo en tres semanas? Porque no es sino ardid, argucia, artimaña para seguir cobeando…