sábado, 27 de julio de 2013

Bastantes se los dijeron…

Fueron muchos los que alertaron a los mandatarios del Mercosur acerca de los peligros de aprobar la solicitud del régimen venezolano para ser miembro de esa organización.  Hasta la saciedad se les advirtió acerca de que el fin último del difunto y sus secuaces era, no tanto asociarse para dinamizar el comercio regional —porque, en fin de cuentas, los rojos le tienen declarada la guerra a muerte a los “burgueses”— como para utilizar ese foro como amplificador de las propuestas de eso que dizque es un “socialismo del siglo XXI”.  Pero pudo más el afán de conseguir petróleo a precios preferenciales.  Hay que añadir que también influyeron —y mucho— Kristinita y los gánsteres que la acompañan en la Casa Rosada por las “afinidades ideológicas” que comparten con la robolución: el gobierno debe acaparar todos los poderes, es válido usar el poder para enriquecerse, hay que buscar perpetuarse en el mando, etc.

En todo caso, triquiñuela de por medio, deshaciéndose de Paraguay temporalmente, metieron por la puerta de la cocina a Venezuela.  O eso creían ellos.  Lo que metieron fue un regalo griego, un caballo de Troya, del cual van a salir los que van a tratar de convertir esa organización comercial (recuerden sus siglas: MERcado COmún del SUR) en un instrumento más de las viudas del la Tercera Internacional.  Claro que no lo harán al estilo de Ulises y sus muchachos, pasando a degüello a los que defensores de la ciudad, sino sibilinamente.  O, por lo menos, esa era la idea.  

Pero el descaro, o la estupidez del Inmaduro, lo llevaron a descomedirse en su cuenta Twitter y proclamar: "Vamos (…) abriendo el Camino del Socialismo Cristiano NuestroAmericano"(parece que ya se cogieron a Hispanoamérica).  E hizo más: convirtió los discursos de asunción de la presidencia y de cierre de la cumbre en descarados alegatos tipo lo que Bacon llamaba “idola fori”; meras apelaciones a la multitud ignara, sobándola con cosas que no entienden, ni les interesan, pero que les calientan la sangre.  Los temas del intercambio comercial, y de los problemas a lo interno de Mercosur que hacen difícil que este funcione como debería fueron soslayados, sacrificados en aras del populismo.  Para los mandatarios presentes —también populistas, desde el ignorante cocalero del altiplano hasta la perfumada Dilma, tan necesitada hoy de apaciguar sus masas— era más provechoso hacer una batahola con lo del soplón anclado en Moscú y con lo de "exigir explicaciones y disculpas públicas a los países de Europa que agredieron a nuestro hermano Evo".  Todos ellos, ¡felices! Es el síndrome de “el muchacho que es berreón, y el aya que lo pellizca”.  Para ellos, lo importante no es redimir a sus poblaciones por la vía de unos intercambios comerciales más normados, más eficientes y más dinámicos, sino mostrarse más retrecheros ante el imperio.

¡Esos no son temas para tratar en Mercosur!  Nada de eso tiene que ver con las economías regionales.  Para eso tienen ALCA, Unasur y OEA.  Todos ellos ya secuestrados y convertidos en clubes de presidentes; en lugares donde solo se defiende a los mandatarios —sin importar la barrabasada que hayan cometido—, no lo que sea en verdad importante para las naciones enteras.

Y el discípulo incapaz (como lo llamó con certitud el padre Ugalde) no podía dejar de hacer el ridículo mientras estaba en los actos: creyendo que aparecía ante una junta comunal en Cabrutica, se volvió a disfrazar de bandera, poniéndose una bufanda tricolor para leer los discursos y para el “retrato en familia” (nunca mejor dicho ese sintagma).  ¡Qué vergüenza sentimos todos, Nicky!  Lo que provocaba era cubrirse la cabeza con una bolsa de papel marrón, con un par de huecos para poder ver.  ¡Eso no se hace, vale!  ¿Qué tal que los otros se dedicaran a imitarte?  Difícil, porque la KK no se quita el negro (aunque dicen que una de las prerrogativas del vicepresidente Boudou es desabrigarla).  El Pepe se vería más rechoncho con un chaleco a rayas horizontales blancas y celestes; y Dilma ni de vainas se va a vestir de verde con un globo azul estampado en la barriga.  Porque ella habrá sido guerrillera, pero se sabe vestir con comedimiento.  El único que si pudiera disfrazarse sería el cocalero: con una chaqueta con los cuadros multicolores de bandera “plurinacional” que están tratando de imponer por sobre el rojo, amarillo y verde legales.  ¡Y se vería de lo last! 

Otrosí
Mucha gente se apresuró en darle un cheque en blanco a la nueva MinPoPoDef, creyendo que iba a ser más institucionalista que el ministro saliente (aunque, con él, eso no es muy difícil).  Después de su discurso, ya a muchos se les cayó la ilusión.  Y, por cierto, m’ijita, tú no eres “soldada”.  El sustantivo “soldado” no admite género femenino.  “Soldada” es el estipendio que se le cancela a la tropa; nada más…

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