martes, 12 de agosto de 2014

Carta a Colacho

No muy ilustre —ni ilustrado— detentor (y uso la palabra correcta) del poder ejecutivo: hace tiempo que no mandaba una correspondencia a alguien tan elevado en el gobierno.  La anterior fue en el 99, cuando le remití una carta pública a su antecesor cuando vino al Campo de Carabobo con la menor de sus hijos legítimos (entiendo que otros por ahí) y todos pudimos ver a la chamita jugando con el bastón de mando en jefe de las Fuerzas Armadas.
 
Me toca molestar su atención para decirle, desde muy dentro: ¡Cónchale, vale, tronco de hombre nuevo el que estás formando con tu ejemplo y tus consejos!  Porque eso de “que no quede nada en los anaqueles”, fue cumplido al pie de la letra…  Lo del Daka de Valencia demostró que cuando usted da una orden, ¡se cumple!  Y déjeme decirle —como testigo de primera mano, pues vivo a escasas dos cuadras de ese almacén— que hasta los compatriotas que usan chemises rojas en vez de franelas del mismo color y los uniformados acataron su ucase: televisor plano de 42 pulgadas o más que veían, lo zampaban en sus camionetotas o patrullas con gran diligencia.  ¡Cómo se ve que la instrucción que imparten los del G-2 en las comunas y los cuarteles ha sido todo un éxito!
 
Por las críticas de los que tienen melindres de moral y decencia cívicas no se preocupe: son minoría.  Porque con eso no se gana elecciones.  Es mejor que usted siga ordenando confiscaciones a diestra y siniestra; no importa si devienen en saqueos: se mata dos pájaros de una sola pedrada: se aterroriza a los comerciantes y se empobrece más la economía; que es lo que se busca: igualar por debajo hasta que no quede nada por robar.  Así ya no habrá inseguridad. 
 
Por cierto, y hablando de saqueos, hago una digresión: ¿sabía que un amigo socarrón, Eddy Barrios, está proponiendo un nuevo verbo: “dakear”, cuya acepción principal sería igual que lo que indica el DRAE: “Apoderarse de todo o la mayor parte de aquello que hay o se guarda en algún comercio”, pero en la Venezuela de hoy.  Y pone ejemplos: "Ayer actuaron dakeadores". "Los dakeadores de la hacienda pùblica".
 
Regreso a lo que estaba planteando: cuando se trata de supervivencia —y usted y su régimen están en eso— todos los artilugios son valederos.  Es un secreto a voces que usted y los suyos están muy mal en las encuestas, que su popularidad está por el suelo.  Dada esa circunstancia, es un recurso válido el dejar de lado la Constitución y el juramento hecho sobre ella; es el agarrarse de un clavo ardiendo.  En fin de cuentas, si sus normas han sido violadas desde el mismo día de su promulgación, no es nada nuevo lo que usted hace.  Por ejemplo, el Art. 116 exige que las confiscaciones de bienes solo sean mediante sentencia firme; y usted ya dio afirmó: si tengo que confiscar almacenes enteros (…) lo voy a hacer…”  Eso lo entiende la multitud de dos formas: que usted se va a pasar por la faja lo que dice la Constitución, o que el Poder Judicial va a hacer cualquier cosa que usted le mande.  iEso refuerza el temor de las masas!  Lo que es de lo más conveniente en esta coyuntura…
 
Otra cosa más: no importa que los electrodomésticos no estén regulados.  No importa lo que el Art. 112 garantice acerca de la libertad de la actividad económica, de la iniciativa privada, o de la libertad de empresa.  Menos, lo que estatuye el 115 acerca del derecho de propiedad.  Si usted mandó a dejar los anaqueles vacíos, ¡pues se cumple y listo!  Es cuestión de ser expeditivo, que según el mataburros es:dar salida a un asunto sin muchos miramientos, evitando trámites”.  Lo que sí debió analizar bien, por aquello de la realpolitik, son: cuántos callos va a pisar entre los altos mandos enchufados en Cadivi y cómo le va a caer esa medida a los palestinos, que tantos “aportes” han dado a personeros del régimen.  ¡Pero, ni eso!  Usted, cabeza fresca; porque ya eso lo debieron haber analizado los del G-2 cubano.  Que para eso fue que se los mandó Raúl…
 
Lo que sí no encuentro, camarada, como delito de acción pública es eso de la “usura” que usted alegó.  Le cuento que me revisé el Código Penal desde el título III hasta el X y no la encontré como figura delictual penal.  Pa’ mí, que eso debe estar en el Código Civil.  Y, como tal, de acción privada.  Pero, ¡tampoco le pare!, que para eso tiene jueces complacientes.  Por favor, y perdone que lo moleste con estas minucias, dígaselo al jefe del Órgano Superior para la Defensa de la Economía, general García Plaza, quien también salió con eso.
Por último —porque no quiero abusar de su paciencia— deje de lado lo que hizo y dijo Lenin en el año 25 ante el fracaso de sus políticas económicas.  Él restauró los principios del mercado, suspendió  la política de confiscaciones y admitió: “Presumimos ser capaces de organizar la producción y (...) distribución desde el Estado (...) Estábamos equivocados (...) Debemos construir sobre el interés personal, los incentivos personales y los principios de negocios (...) debemos lograr primero que funcione (...) el capitalismo de estado.”  Porque ese era del socialismo real; nosotros estamos en el socialismo del siglo XXI…
 
Por favor, dele mis saludos a doña Florinda.

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