Ya llevamos año y
medio adoleciendo de madurismo y lo único que perciben los venezolanos son las
raciones diarias de mentiras, corrupción, ineficiencias y represión que prodiga
el régimen donde “preside” el heredero ilegítimo. Como estas mentiras son tan palpables, ya hasta
la gente de mente más sencilla empieza a
entenderlas como lo que son: cobertores con las que intentan encubrir sus
ineptitudes y latrocinios. De allí que
después de cada cadena divulgadora de embelecos, a Platanote no le quede otro
recurso —habiendo ya dilapidado todo el pan que todavía quedaba después de la
rebatiña ordenada por el difunto, y no disponiendo del histrionismo circense de
este— que seguir ordenando más represión.
Tal es la fuerza aplicada contra todo aquel que ose expresar
pensamientos distintos a los propiciados por los colonizadores cubanos y sus cómplices
criollos, que hasta la ONU —organismo de lentitud y ceguera reconocidísimos— ya
ha tomado conocimiento de lo que pasa y se ha decidido, por lo menos, a
denunciarla. Cuando su relator especial
para la tortura declaraba que “…los fiscales y los jueces de América Latina no
se toman en serio el delito de la tortura…” segurito que tenía enfrente la
figura de la fiscala general que nos toca calarnos. Por esta peli-oxigenada y otros cómplices —y
si uno usara el léxico rojo-rojito, tendría que decir “cómpllsas”, porque en
eso abunda el sexo dizque débil— y sus mirar
para otro lado han sido esenciales para la duración del statu quo que tiene tullido
desde hace más de quinde años el desarrollo del país.
Entre las miradas
hacia el otro lado, hay una que es la más reciente —y cuidado si es una de las
más importantes—: la denuncia que se desprende de la carta de Giordani. La fiscala admite con descaro que no ha
abierto una investigación acerca de lo que es una notitia criminis de anteojitos.
Los detalles de cómo se despilfarró el tesoro nacional (y hasta las
reservas) para lograr el triunfo de dos elecciones, la del moribundo y la del
ilegítimo, son evidentes. Para nada se
perturba la mechi-oxigenada por eso. Lo que hace es seguir el mal ejemplo que
dio desde el 99 el difunto muerto que falleció.
Y hay que nombrar a Giordani nuevamente: Elke Tekonté, a sabiendas de su
origen extranjero lo designó desde el mismo pitazo inicial para cargos en el
gabinete y en otras posiciones reservadas a los venezolanos por nacimiento y
sin otra nacionalidad. Lo mismo hizo con
María Cristina Iglesias. O sea, que el
desprecio por la Constitución es sistemático desde el mismo momento de su
promulgación.
Y si eso es por los
lados de la Fiscalía, por los de los tribunales y de la Contraloría tampoco se
han dado por aludidos. Es que son
caimanes del mismo charco. Estamos entre
Escila y Caribdis: cuando no es el monstruo de
la venalidad de los funcionarios, que los convierte en ciegos y sordos voluntarios,
es el de la estupidez de un dogmatismo ideológico trasnochado que es más
el producto de eslóganes aprendidos que de los estudios realizados. Porque, de hecho, muy pocos entre ellos han
investigado acerca del socialismo. Cómo
será de cierto, que hasta el troglodita sabanetense admitió que a Marx no lo
había ni hojeado.
En descargo del nortesantandereano, hay que
decir que él es uno de los pocos que ha estado sentado en un aula recibiendo
clases de esa materia. Por lo menos, de
la variedad tropical que predican en Cuba hace más de medio siglo; que no es
marxista, ni siquiera leninista; es estalinista hasta la cacha. Y aderezada con la cazurrería del barbudo. Pero, ni aún así. ¡Es que el pobrecito es tan escaso en
todo! Tanto, que hasta su contrincante
dentro del mismo PUS ha tenido que pedir (de labios para afuera, claro) que “no
lo dejen solo”.
Ahora
resulta que hasta Navarro se atreve a ir en contra de Platanote y a salir en
defensa de Giordani. Todos ellos,
incluidos los reclamones de hoy, son corresponsables de la debacle en el
país. No podemos seguir aceptando que continúe
mandando (porque solo hacen eso; no gobiernan) la gente que hizo fracasar a Pdvsa
y las empresas de Guayana, que convirtió el signo monetario en papel sin
respaldo alguno, que trasmutó en eriales al agro, que ocasionó la fuga de cerebros
más grande de toda nuestra historia, que volvió flecos la educación y la salud
públicas y que disminuyó a la institución militar hasta llevarla a ser solo el
brazo armado del partido de gobierno.
Hay que buscar los medios para que haya un relevo en los poderes; la
Constitución los prevé, lo que hay es que implementarlos. Porque, como bien explicó recientemente el padre Ugalde: "El mal gobierno es de Maduro,
pero el mal modelo político es de Chávez. Hace falta un nuevo gobierno decidido a salir
de este desastroso modelo político, antes de que se hunda el país."
En su cartica,
Navarro tuvo los riñones de exigirle al primer inepto que se comporte como un estadista. Imposible, por todo lo anterior y por lo que
explica el viejo apotegma filosófico: Nemo dat quod non habet…
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